La primera vez que conocí Mendigutxi, enseguida entendí que este sitio no era solo para mí. Sentí un amor profundo y una energía sanadora y transformadora que me invitaban a compartir aquel lugar, desconocido para mí, hasta ese entonces….

 

En aquel momento no sabía cómo compartiría aquel sitio tan especial, sin embargo, en la medida que yo pasaba en el más tiempo, empezaba a entender de manera más profunda el sentido de Mendigutxi, en mi vida y de que maneras compartirlo. De manera natural, empezaron a surgir talleres y con estos talleres, el lugar empezó a transformarse y nosotr@s también. 

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Han sido años de trabajo para poner en marcha el proyecto. Y desde aquí agradezco con todo mi corazón a Elena, por todo el cariño y trabajo amoroso que han ayudado, sin duda, a que este proyecto llegue a ser lo que hoy en día es.

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